El 12 de mayo de 2017, el mundo fue testigo de uno de los ciberataques más devastadores de la historia: WannaCry. Este ransomware, también conocido como WannaCrypt, WannaCryptor o Wcry, se propagó rápidamente por todo el mundo, infectando cientos de miles de ordenadores en cuestión de horas.
Origen y propagación
WannaCry aprovechó una vulnerabilidad de Windows llamada “EternalBlue”, desarrollada por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA). Este exploit fue filtrado por el grupo de hackers “The Shadow Brokers” en abril de 2017.
El ransomware se propagó como un gusano informático, lo que significa que podía moverse automáticamente entre ordenadores conectados a la misma red. Una vez que infectaba un ordenador, cifraba los archivos del usuario y mostraba un mensaje exigiendo un rescate en Bitcoin a cambio de la clave de descifrado.
Impacto global
WannaCry afectó a más de 200.000 ordenadores en al menos 150 países. Entre las víctimas se encontraban hospitales, empresas de telecomunicaciones, fábricas, universidades y agencias gubernamentales. El impacto fue especialmente grave en el Servicio Nacional de Salud (NHS) del Reino Unido, donde numerosos hospitales se vieron obligados a cancelar cirugías y desviar ambulancias.
¿Cómo funcionaba WannaCry?
- Infección: WannaCry se propagaba a través de la vulnerabilidad EternalBlue, que permitía la ejecución remota de código en ordenadores con versiones no actualizadas de Windows.
- Cifrado: Una vez dentro del sistema, el ransomware cifraba los archivos del usuario utilizando un algoritmo de cifrado fuerte.
- Extorsión: WannaCry mostraba un mensaje exigiendo un rescate de 300 dólares en Bitcoin, que aumentaba a 600 dólares si no se pagaba en un plazo determinado.
- Amenaza: Si el rescate no se pagaba, el ransomware amenazaba con eliminar los archivos cifrados.
Consecuencias y lecciones aprendidas
El ataque de WannaCry puso de manifiesto la importancia de mantener los sistemas operativos actualizados y de implementar medidas de seguridad robustas. También destacó la necesidad de una mayor cooperación internacional en la lucha contra el cibercrimen.
Recomendaciones de ciberseguridad
Para protegerse de ataques similares a WannaCry, se recomienda:
- Mantener los sistemas operativos y el software actualizados.
- Utilizar software antivirus y antimalware.
- Realizar copias de seguridad periódicas de los datos importantes.
- Tener cuidado al abrir correos electrónicos y archivos adjuntos de remitentes desconocidos.
- Implementar firewalls y sistemas de detección de intrusiones.
- Educar a los usuarios sobre las mejores prácticas de ciberseguridad.
WannaCry fue un ataque sin precedentes que dejó una huella imborrable en la historia de la ciberseguridad. Su impacto global sirvió como una llamada de atención sobre la importancia de proteger nuestros sistemas y datos en un mundo cada vez más digitalizado.